CNUMAD
CONFERENCIA DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE EL MEDIO AMBIENTE
Y EL DESARROLLO
Producción
de Latitud Periódico
22
de marzo del 2017
La
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente
y el Desarrollo (CNUMAD), también conocida como la
'Cumbre para la Tierra', tuvo lugar en Río de Janeiro,
Brasil, del 3 al 14 de junio de 1992. Esta conferencia global,
celebrada durante el vigésimo aniversario de la primera
Conferencia Internacional sobre el Medio Humano (Estocolmo,
1972), reunió a políticos, diplomáticos,
científicos, periodistas y representantes de organizaciones
no gubernamentales (ONG) de 179 países, en un esfuerzo
masivo por reconciliar el impacto de las actividades socio-económicas
humanas en el medio ambiente y viceversa. Simultáneamente
se celebró en Río de Janeiro el 'Foro Global
de las ONG', al que asistieron un gran número de representantes
de las ONG para explicar su propia visión del futuro
estado medio ambiental y de desarrollo socio-económico
del mundo.
La
Conferencia de Estocolmo de 1972 centraba la atención
internacional en temas medio ambientales, especialmente los
relacionados con la degradación ambiental y la 'contaminación
transfronteriza'. Este último concepto era muy importante,
ya que señalaba el hecho de que la contaminación
no reconoce los límites políticos o geográficos
y afectos a los países, regiones y pueblos más
allá de su punto de origen. Durante las décadas
que siguieron a la Conferencia de Estocolmo, este concepto
se amplió para abarcar temas medio ambientales que
son de verdadero alcance transnacional y que requieren una
acción conjunta de todos los países y regiones
del mundo para enfrentarse a ellos de un modo efectivo. Estos
problemas medio ambientales mundiales tan importantes incluyen,
por ejemplo, todo tipo de contaminación, el cambio
climático, la reducción de la capa de ozono,
el uso y administración de los océanos y los
recursos de agua dulce, la deforestación excesiva,
la desertificación y la degradación de la tierra,
los vertidos peligrosos y la disminución de la diversidad
biológica.
En los años que siguieron, también se reconoció
que los problemas medio ambientales regionales o locales,
como la urbanización extensa, la deforestación,
la desertificación, y la escasez general de recursos
naturales, se pueden extender hasta el punto de tener graves
repercusiones para la seguridad internacional. Por ejemplo,
socavan la base económica y la estructura social de
los países débiles y pobres, generan o exacerban
las tensiones y los conflictos sociales y estimulan un mayor
movimiento de refugiados. De este modo, la degradación
ambiental en diversas partes del mundo desarrollado y en desarrollo
puede afectar a los intereses políticos, económicos
y sociales del mundo en su conjunto.
En
la Cumbre para la Tierra de 1992 se reconoció internacionalmente
el hecho de que la protección del medio ambiente y
la administración de los recursos naturales deben integrarse
en las cuestiones socio-económicas de pobreza y subdesarrollo.
Esta idea ha sido recogida en la definición del término
'desarrollo sostenible' hecha por la Comisión Mundial
del Medio Ambiente y del Desarrollo (la Comisión Brundtland)
en 1987 como 'el desarrollo que satisface las necesidades
del presente sin comprometer la habilidad de las generaciones
futuras para satisfacer sus propias necesidades'. Este concepto
fue diseñado para satisfacer los requisitos de los
partidarios del desarrollo económico así como
los requisitos de los que están interesados principalmente
en la conservación medio ambiental.
Por eso, la Cumbre para la Tierra marcó un hito al
centrar la atención mundial en la idea, nueva en aquella
época, de que los problemas medio ambientales del planeta
estaban íntimamente relacionados con las condiciones
económicas y los problemas de la justicia social. Demostró
que las necesidades sociales, medio ambientales y económicas
deben equilibrarse unas a otras para obtener resultados sostenibles
a largo plazo. También demostró que si la gente
es pobre, y las economías nacionales son débiles,
el medio ambiente se resiente; si se abusa del medio ambiente
y se consumen en exceso los recursos, la gente sufre y las
economías se debilitan. La conferencia también
señaló que las acciones o decisiones locales
más insignificantes, buenas o malas, tienen repercusiones
potenciales a escala mundial.
La
reunión de Río de Janeiro señaló
que los diferentes factores sociales, económicos y
medio ambientales son interdependientes y cambian simultáneamente.
También definió los elementos críticos
de cambio y demostró que el éxito en una zona
requiere acción en las demás zonas para que
este éxito se prolongue en el tiempo. El objetivo principal
de la Cumbre fue introducir un programa extenso y un plan
nuevo para la acción internacional en temas de medio
ambiente y de desarrollo que ayudarían a guiar la cooperación
internacional y el desarrollo de programas en el próximo
siglo.
CNUMAD
definió el concepto de desarrollo sostenible como un
objetivo factible en todo el mundo, ya fuese a escala local,
nacional, regional o internacional. Reconocía que la
integración y el equilibrio de los intereses económicos,
sociales y medio ambientales a la hora de satisfacer nuestras
necesidades es vital para preservar la vida en el planeta,
y que dicho enfoque integrado se puede alcanzar si unimos
nuestra inteligencia y nuestro talento. También reconocía
que para conseguir este tipo de integración y equilibrio
entre las dimensiones económica, social y medio ambiental
se necesitarían nuevas perspectivas de cómo
producimos, cómo consumimos, cómo vivimos, cómo
trabajamos, cómo nos relacionamos y cómo tomamos
decisiones. El concepto fue revolucionario y, como toda idea
original, desencadenó un acalorado debate entre los
gobiernos, y entre éstos y sus ciudadanos sobre cómo
conseguir la sostenibilidad.
Unos
de los logros más importantes de CNUMAD fue el Programa
21 *, un programa de acciones minucioso y amplio que exigía
nuevas formas de invertir en nuestro futuro para poder alcanzar
el desarrollo sostenible en el siglo XXI. Sus recomendaciones
iban desde nuevos métodos educativos, hasta nuevas
formas de preservar los recursos naturales, pasando por nuevos
caminos para participar en el diseño de una economía
sostenible. La pretensión global del Programa 21 era
impresionante, ya que su objetivo era nada menos que crear
un mundo seguro y justo en la que toda existencia fuese digna
y plena.
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